Fantasmas y Calacas sobre mi cabeza

¿Cuál es el peor temor que puede tener un niño en la noche? Para mí, fue la oscuridad.

Todavía recuerdo a mis ocho años escurrirme a media noche de mi cuarto al de mis padres y recibir un gruñido de mi papá dirigido a mi mamá para que después me invitaran a subirme a la cama.

Ellos habían intentado de todo para que los dejara dormir en paz: que mi madre me acompañara a mi cama hasta quedarme dormido, contarme historias bíblicas, dejarme una lampara prendida, enseñarme a memorizar textos bíblicos y también regañarme, pero siempre llegaban a lo mismo, el verme parado en la puerta de su cuarto, esperando mi salvación; que me dejaran entrar a sus sabanas.

No podía evitarlo, mi imaginación era tan activa que cerrando o abriendo los ojos no parecía veía calacas y monstruos por todo mi cuarto, volando sobre mi cabeza. Por eso mi única opción era reaccionar con una deshonrosa huida.

Una noche, mi madre cansada de esta situación, me enseñó un nuevo versículo para esos momentos de temor: “Jehová de los ejércitos, dichoso el hombre que en ti confía” (Salmo 84:12). Lo repetimos unas cuantas veces y se fue.

Lo dije una y otra vez, en voz baja, pero aun así las visiones no dejaban de aparecer y volví a mi rutina nocturna de molestar a mis padres. Ella no me dejó entrar y regresamos a mi cuarto.

–¿Qué fue lo que pasó hijo? – me dijo mientras me arropaba en la cama.

–Lo estuve repitiendo y no funciona – le contesté con un tono de reproche.

–Es que no debes de decirlo como si fueran palabras mágicas. Trata de entender lo que dice. Dios tiene ejércitos poderosos que nos defienden, entonces nosotros solo debemos confiar en que Él nos librará de cualquier peligro–. Me besó la frente y apagó la luz. Esa fue la última vez que tuve miedo a la oscuridad.

Ahora le temo a mis propias “calacas y monstruos” de adulto. Tengo deudas, incertidumbre por la pandemia y dudas sobre tomar las decisiones correctas para mi vida. Pero he vuelto a esta promesa de Dios que de niño me dejó dormir en paz. El Señor me recuerda que solo debo confiar en Él y así podré disfrutar la dicha de la vida aun en medio de la oscuridad que hay en el mundo.  

Fin