No muchas gracias
Un domingo en la tarde Juan había tomado mucho y se puso enfrente de una iglesia a gritar maldiciones. Tanto era su odio que aventó con fuerza su botella vacía a la puerta, rompiéndola. Entonces, un joven, en sus treintas, de pelo largo y barba se asomó por una de las ventanas. Asustado, Juan trató … Leer más